El Gran Norte es la región más inhóspita de lo que hoy conocemos como el Oeste americano, una región donde las abruptas cadenas montañosas se alternan con altiplanos desérticos de magnitud inconmensurable, la frontera norte del vasto imperio español en América, una auténtica Terra Incognita. El territorio que Bernardo de Miera y Pacheco y sus compañeros de expedición fatigaron durante meses para explorar y cartografiar, en un recorrido tan agotador que les obligó a comerse sus propios caballos para sobrevivir. Pero esta es solo una de las hazañas de una existencia llena de aventuras y de altibajos. Bernardo de Miera y Pacheco, prácticamente desconocido en España, fue una de las figuras más polifacéticas y fascinantes de la América hispánica en el siglo XVIII. Fue un prolífico artista, que pintó y esculpió altares que hoy adornan iglesias y misiones coloniales del estado de Nuevo México. También fue ingeniero y capitán de milicias en varias campañas contra los indios, como la que sostuvo el gobernador Anza con el temible jefe de guerra comanche Cuerno Verde. Explorador y cartógrafo sobresaliente, dibujó con trazo firme los mapas más relevantes y precisos de la frontera norte en la segunda mitad del siglo XVIII y, además, fue comerciante, minero (sin suerte), recaudador de deudas y deudor, en sus horas bajas. Alcalde mayor, ranchero y artesano ducho en el metal, la piedra y la madera. En los últimos años de vida, don Bernardo sirvió como soldado distinguido en el presidio de Santa Fe, la villa más septentrional del imperio español en América, una zona fronteriza, remota y peligrosa, sometida al acoso constante de los belicosos apaches y comanches. Forjado en la frontera , de John Kessell y Javier Torre Aguado, nos asoma, a través de la extraordinaria vida de este cántabro originario del valle de Carriedo, a la experiencia hispánica en la América del siglo XVIII, en un territorio de frontera que se convirtió en el rico crisol que es actualmente el septentrión novohispano.
By her own account, Peggy O'Neale Timberlake was “frivolous, wayward, [and] passionate.” While still married to a naval oflicer away on duty ...
... had married the widowed daughter of a Washington tavern keeper. By her own account, Peggy O'Neale Timberlake was “frivolous, wayward, [and] passionate.
... Bill, Kennedy, Jacqueline, Kennedy, John F., Kidd, Albert and Elizabeth, Kieran Timberlake (architects), Kilpatrick, John, Kirkland, William, Kissinger, ...
... 195–196, 361; abolishing of, 257 Ticonderoga fort, 157, 169 Tilden, Samuel J., 524 Timberlake, Peggy O'Neale, 301 Timbuktu, Mali, Sankore Mosque in, ...
By her own account, Peggy O'Neale Timberlake was “frivolous, wayward, [and] passionate.” While still married to a naval officer away on duty, ...
Timberlake, p. 8 (9–10). 2. Timberlake, p. 36 (70). 3. Hoig, p. 45; Kelly, p. 22; Timberlake, p. 37 (72–73). 4. Alderman, p. 6; Timberlake, p.
Timberlake, S. 2002. 'Ancient prospection for metals and modern prospection for ancient mines: the evidence for Bronze Age mining within the British Isles', ...
hadn't known Timberlake until the two moved in together. Kathy had worked at a series of jobs, including electronics assembler and a dancer in a bar, ...
Terrill, Philip, killed Thompson, William S. Timberlake, George, wounded. Timberlake, Harry. Timberlake, J. H., wounded. Timberlake, J. L., wounded.
As the caretaker of the clubhouse, Timberlake was furnished living quarters on the second floor. Around 8:00 p.m., he descended into the basement for the ...