El Ironman –conocido como triatlón de larga distancia– es un deporte que involucra tres disciplinas: nadar 3,8 km, pedalear 180 km y correr 42,2 km. La presente obra cuenta los avatares (principalmente emocionales) con los que puede historizarse (y ficcionalizarse) la trayectoria profesional de Eduardo Sturla: un atleta argentino que fue múltiple campeón del Ironman de Florianópolis (Brasil) en 2001, 2008, 2009 y 2011, y que finalizó décimo en el Campeonato Mundial de Hawaii (Estados Unidos) en 2008. Sería injusto reducir el valor de sus acciones a un listado de números; las mismas invitan, más que a la recopilación descriptiva, a la interpretación narrativa. Preso de su temperamento, pues, Eduardo se vio obligado a embarcarse en una incansable búsqueda del número 1; el proceso de conseguirlo una y otra vez no dejó de conectarlo con pronunciadas frustraciones, superadas con paciencia, determinación y trabajo duro. Paralelamente, el derrotero trazado por el relato se conjuga con una dimensión histórico-documental que permite sistematizar montones de datos, anécdotas y resultados hasta ahora dispersos. Así, junto a la vida de Sturla, el trabajo recorre el desarrollo histórico del Ironman como un deporte que tuvo un origen cargado de mística en 1978, que alcanzó una notable profesionalización durante la década de 1990, y que adquirió un nivel superlativo de competitividad a partir del nuevo milenio.